Introducción
Cada 28-D, la fiesta de los Santos Inocentes, es el día en el que las iglesias cristianas recuerdan a las primeras víctimas del cristianismo. En España es el día más español de todos, el dedicado a las bromas. En Navidad, la época del año en la que durante dos semanas recuperamos todo el peso que perdiste en un año. Y precisamente como una carga muy pesada es como vivirá la derecha navarra y española este 28-D la moción de censura en Pamplona. Con ello, revivirán su drama estructural, el de no salir bien de los gobiernos y la “sobredemoscopia”: elecciones de 1993, por primera vez en nuestro país fallan todas las encuestas; 2004, el 11-M; 2018, la moción de censura y más recientemente el 23-J.
El drama de la derecha española
La política es como la Fórmula 1 por cifras y detalles como este: no es presidente por solo 17.000 votos en cuatro provincias y, a su vez, depende de Junts por menos votos aún: 16.000, también en cuatro. Esta telemetría sintetiza la importancia de los ingenieros a la hora de afinar el coche. Pero los del 23-J no fueron unos comicios de estrategas, sino de pilotos y ganó el mejor. Y hubo algo más: además de la victoria de Sánchez, y, lo ganaron “las naciones”. Si descontásemos del agregado electoral a Catalunya, Euskadi y Navarra, la mayoría de derechas en España sería tan aplastante como en Italia, con un PP más cercano al 40% que al 30%. Ese es el drama general y por el que el PSOE necesitará diseñar un nuevo Ferrari.
El cambio de época en el 2024
Al igual que Illa para romper por primera vez la mayoría nacionalista en unas catalanas que data de 1980. Las otras “naciones” también cuentan y “el 23-J le birlaron el gobierno a Feijóo” es el titular oculto. Por tanto, o resuelve la derecha democrática su relación con las otras “naciones” o será pertinaz en su drama ante la mayoría periférica y transversal que gobierna España frente a la mayoría de la M-30. Esto se evidencia en Pamplona y sintetiza el cambio de época que viene en el 2024. El arrase del PP el 28-M no tuvo en cuenta a las “naciones”. En aquellas fechas no hubo autonómicas ni en Euskadi ni en Catalunya, citas que hubieran ayudado a dibujar el cuadro completo y no confundir el mapa azul con la realidad de nuestro sistema plurinacional.
La estrategia de la derecha y el movimiento de Feijóo
La incapacidad de la derecha para armar una didáctica democrática deja pista libre a la izquierda. Y aquí algo levemente está cambiando. El Feijóo más “gallego”, que presidió una “nación o nacionalidad” como es Galicia, se mueve. Y convoca por ello las elecciones gallegas para el 18-F con el fin de salirse del perímetro autoritario en el que la mayoría de la M-30 ha metido a Feijóo para anular a Vox. Las elecciones en Galicia, aunque siempre son un espejismo popular, pueden permitirle a Feijóo reforzarse interna y externamente: allí Vox no es nada. Y seguir moviéndose en mundos paralelos.
El cambio de postura de Feijóo
Es cierto que la estrategia parece de “inocente, inocente” pero Feijóo no quería verse con Sánchez y se han visto; no creía en mediadores internacionales y ahora los quiere; no quería pactar con Junts y piensa en hacerlo, por ejemplo, en economía junto al PNV. Sabe también, como presidente autonómico que fue, que los grandes beneficiarios de la ola azul del 28-M ya empiezan a dejarse querer por el Ejecutivo central. Primero fue con ese paseo con por Doñana y luego fue la fiesta del anuncio de ampliación del Puerto de Valencia. Vendrá también la solicitud y aceptación de las quitas a la deuda de las comunidades, el techo de gasto y así todo, mirando de reojo a las “naciones” y al presidente.
El poderoso drama de la derecha
¿Cuándo comenzó a revivir la derecha nuevamente su poderoso drama? No fue tras la moción de censura del 2018, sino mucho antes, cuando no se dio cuenta que doblando el brazo al PSOE y faltándoles al respeto, tras la traumática salida de Sánchez y posterior abstención mediante, lejos de solucionarles nada, les situó dos años después en un lugar imposible. Y aquí está la verdadera clave. El presidente acierta, humilde, yendo al Congreso, pero no ir a Moncloa vuelve a ser una nueva desconsideración del PP hacia el PSOE.
El futuro de España y el diálogo
Artur Mas es hoy a Junts como Zapatero el 23-J al PSOE. Cada aparición en la que repasan el escenario actual suma porque ambos hacen didáctica democrática. El diálogo y la negociación es el friso de nuestro futuro por lo que tranquilidad. El Estado de las autonomías fue el marco territorial en el que desplegó su reinado Juan Carlos I. Es cierto que está agotado. Pero el Estado que viene no es un “acto destituyente” ni una colección de tribus sino un “acto instituyente” en un país formidable. El Estado que viene es formalizar lo que ya es. ¡Feliz año nuevo!
Renovación del Consejo General del Poder Judicial
Solo se es un partido de Estado siéndolo sin ambages. Acordar en el 2024 la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es irrenunciable. Miren, todo ha cambiado desde el 2014. Todo. Entre el 2014 y el 2024 ha habido cinco elecciones generales, una moción de censura, tres líderes de la oposición, partidos que no existen, otros que apenas resisten. Solo hay un hito que no: el CGPJ, que continúa con su composición del 2013. Si la Comisión Europea contribuye al acuerdo y renovación mejor que mejor, al fin y al cabo, Europa es política interior para España.
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