Un final de vida elegido
Murieron al mismo tiempo y dándose la mano el pasado 5 de febrero, tras haber elegido la eutanasia a dúo. Se trata del ex primer ministro holandés y su esposa, que tenían 93 años y un estado de salud muy deteriorado.
Una vida inseparable
Tal y como informa la agencia Efe, Dries van Agt conoció a su esposa Eugenie durante su época de estudiantes. Desde entonces fueron inseparables: ella le acompañó y aconsejó durante su etapa como ministro de Justicia (1971-1977), de Exteriores (1982) y como primer ministro de tres gabinetes entre 1977 y 1982.
Un compromiso por la paz
También estuvo con él cuando fundó en 2009 The Rights Forum, centro de conocimientos sobre Israel y Palestina, donde trabajo a favor de una solución pacífica al conflicto, algo a lo que dedicó su energía desde que visitó Cisjordania en 1999. Juntos viajaron por el mundo por trabajo, y fueron inseparables durante décadas.
El lunes de la semana pasada, rodeados de sus seres queridos, fallecieron tras haber elegido la eutanasia. Van Agt sufrió una deteriorada rápidamente en los últimos años.
Un legado familiar
Tuvieron tres hijos, Eugenie, Frans y Caroline que les ha dado siete nietos, entre ellos, la ciclista profesional Eva van Agt (26), participante del Tour de Francia Femenino, entre otras importantes competiciones.
Un político progresista
El ex primer ministro fue miembro del partido demócrata cristiano CDA hasta 2021. Fue un político conservador en sus inicios, pero su visión se hizo más progresista con los años, tanto como para sorprender muriendo tras una eutanasia y junto al amor de su vida.
Un fenómeno creciente en Países Bajos
Este tipo de eutanasia es una práctica cada vez más habitual en Países Bajos, según Fransien van ter Beek presidenta de la Asociación Neerlandesa para un Final de Vida Voluntario (NVVE). En el 2022, último año del que se disponen de cifras oficiales, hubo casi 9.000 eutanasias en Países Bajos.
Los requisitos exigen que la decisión sea voluntaria, ante un «sufrimiento insoportable y desesperado», y que «no haya alternativa razonable». Además, el médico debe «informar de la situación y las perspectivas», y que se pida segunda opinión a «un médico independiente», de manera que el proceso «sea médicamente cuidadoso», con los fármacos correctos y los pasos adecuados.
Dos médicos diferentes realizan una evaluación separada, tras la cual otro médico independiente la vuelve a examinar, y todos los doctores deben estar seguros de que se cumplen todos los puntos antes de autorizar la eutanasia. En el caso de las parejas, se debe también comprobar que no hay una «presión indebida» por una de las partes.