Una moción de censura entre conservadores e izquierdistas descabalgará a los socialistas de la alcaldÃa de un pueblo de Salamanca por no culminar una promesa electoral
El PP e IU de Candelario (Salamanca, 800 habitantes) se han unido para presentar una moción de censura contra el alcalde actual, el socialista Pablo Hernández. El PSOE gobernaba desde 2015 y prometió infraestructura clave en pueblos envejecidos como este âen Candelario, cerca de la mitad de la población supera los 60 añosâ donde sus mayores acaban en complejos de otros municipios porque el suyo no tiene. Se trata de una cuestión tanto de proximidad como de orgullo, pues Candelario presumió el siglo pasado de un vanguardista asilo, que acabó cerrado en 2005. El afán de abrir de nuevo un geriátrico ha acarreado el pacto de PP e IU para que Elvira MartÃnez sea la próxima alcaldesa y la secunde Miguel Rodero. La moción de censura se votará el próximo viernes, 29 de diciembre.
El eje del movimiento sÃsmico al pie de la sierra de Francia responde a la famosa residencia de mayores, eterno compromiso electoral pero sin avances
Los nuevos socios de corporación (PP-IU) calculan que costará dos millones de euros y lamentan que parte âdesde menos unoâ porque sus predecesores, dicen, no trabajaron por ello. Candelario maneja un presupuesto anual de 1,4 millones, y la mitad del dinero se destina a gastos corrientes de la localidad. Habrá que hacer números, admiten, y confiar en la ayuda de la Junta de Castilla y León o de otras fuentes de financiación. Según ellos, en los últimos meses el Consistorio ha gastado los 900.000 euros ahorrados en los últimos años, remanente clave para la infraestructura.
La inminente alcaldesa promete trabajo y pide tiempo para evaluar sus acciones
Un banco al sol, con varios mayores sentados y comentando la actualidad, sirve como termómetro del ánimo social. âEl que entre que lo haga bien, yo no digo nada que asà no ofendo a nadieâ, señala un hombre. Una mujer cataloga asà la labor del alcalde saliente: âNi bueno ni malo, ni malo ni buenoâ. Las calles de Candelario lucen cuidadas y no se aprecian graves carencias a primera vista, pero la inacción con la residencia mueve montañas polÃticas.