El saludo que anunció la buena noticia ha resonado a lo largo de los siglos: Dios te salve, María.
Lo que sucedió después –el comienzo de una vida– cambió al mundo. La historia se ha contado innumerables veces, nunca mejor que en los villancicos, los cantos que acompañan cada año la celebración de esa nueva vida, algo tan cotidiano como extraordinario: un niño nos ha nacido.
La idea de un escritor que se retira es rara.. ¿Cómo puede un escritor dejar de serlo?
Para quien ha escrito por convicción, por vocación, por oficio también, la escritura es su manera de situarse en el mundo, escribe Carmen Dolores Hernández.
El Junte Boricua auspiciado por El Nuevo Día unirá a los puertorriqueños de la Isla y de Estados Unidos en una gran fiesta de hermandad cultural y de cooperación.
Y demostrará que todos somos puertorriqueños, escribe Carmen Dolores Hernández.
Nuestra diáspora no data de la gran migración de mediados del siglo XX.
Quienes llegaron entonces encontraron una comunidad establecida, con lazos solidarios, escribe Carmen Dolores Hernández.
La historia extraordinaria de Juan de Pareja lo es más por la manera en que se le conoció, tras ser descubierto por el puertorriqueño Arturo Alfonso Schomburg.
Escribe Carmen Dolores Hernández.